Se trata de dar respuesta a una cuestión que desde el siglo pasado se hace cada vez más difícil de contestar, pero cuya respuesta considero mucho más simple de lo que se llega a pensar.
A continuación os dejo la reflexión, ¡hasta el próximo post!
''Arte es todo lo que los
hombres llaman arte'', así se titula el primer capítulo de esta
obra de José Jiménez, una frase de Dino Formaggio, que cualquiera
que la lea por primera vez podría catalogarla de fácil por ser una
respuesta para salir airoso y sin muchos problemas de reflexión de
la pregunta que constantemente repite José Jiménez a sus lectores:
¿qué es el arte?
Así la encontré yo tras mi
primer enfrentamiento a esa afirmación que, al mismo tiempo que
rotunda, caía por su propio peso, sin dejar mucho que debatir, pero
seguía sin darme una respuesta para la eterna pregunta. Pensé que
tras este capítulo, seguiría dejando en el aire esa respuesta, pero
finalmente, aunque fuera un poco así, logré comprender a qué
agarrarse a la hora de catalogar algo como arte. Y sí, ahora yo
también usaría esa frase para responder a la eterna pregunta y
quedarme satisfecho mentalmente.
Y es que son numerosos los
ejemplos artísticos que presenta cronológicamente José Jiménez,
junto a sus controversias por lo novedosos que supusieron para su
época.
Nunca me había preguntado por
la causa de la fama de la obra de Leonardo da Vinci La Gioconda,
pues analizándola artísticamente, numerosas obras de su época no
tienen nada que envidiarle a la pintura por antonomasia en la que se
ha convertido.
Ese crecimiento tecnológico que
permitió el comienzo de la transmisión infinita de una obra de arte
entre la sociedad, supuso un cambio histórico en la forma de ver el
arte. Y es que, como bien indica José Jiménez, se consiguió perder
ese respeto y halo de obra inalcanzable, ya no solo por una obra
considerada intocable hasta su robo, sino por el poder intervenir en
la creación de arte, antes pensado y reservado solo para artistas
considerados de renombre y que seguían las reglas clásicas.
El movimiento dadaísta es un
claro ejemplo de la pérdida de la que podemos llamar vergüenza para
dar un paso adelante y romper con las fronteras establecidas desde
tiempos inmemoriables, además de humanizar las obras históricamente
vistas como únicas.
¿Por qué Leonardo da Vinci
pudo representar a una mujer posando y ser considerado una obra
maestra, mientras que Duchamp cogiendo esa misma obra y simplemente
añadiéndola un bigote, perilla y unas iniciales ya no se le
considera esa hazaña?
El problema que se encuentra en
este punto es que parece que todo tendría cabida en lo llamado arte,
un concepto abstracto al fin y al cabo, y por tanto del que pienso
que la consideración de pertenecer a él también sería algo
abstracto, algo de lo que dependería la mente de cada ser que lo
observe, oiga o disfrute.
Curiosos son los casos de las
exposiciones que empiezan a expandirse por el mundo, usando cuerpos
reales, carne, huesos, vidas acabadas pero de cuyo fin en el mundo
sería debatible, pues continúan transmitiendo valores a la
humanidad.
Hablo del doctor Gunther von
Hagens y sus exposiciones de cadáveres humanos mediante la
''plastinación'', o las controversias creadas por Hirst y sus frases
filosóficas junto a animales muertos y diseccionados.
Todo esto una persona de a pie
lo vería como una locura, y nunca lo catalogaría de arte si
simplemente se lo contaran, pero que irónico supone que simplemente
al verlo expuesto en una galería de arte nadie se cuestione su
''arte'', nunca mejor dicho. Simplemente por estar situado en un
lugar que contiene en su entrada la palabra mágica: arte.
Es por ello que comparto la idea
de José, de Duchamp o de Manzoni, pues arte es todo aquello que cada
uno considere una obra de provecho, y eso depende de la visión de
cada uno.
Por tanto, para concluir,
cualquier persona es libre de no considerar arte un urinario
personalizado como Fuente por Duchamp, pero de igual modo,
aunque se vea como una utopía, considero que será igual de válido
que alguien no considere una obra de arte La Gioconda, si de
tal modo no entra entre sus criterios artísticos.
Ángel Eslava Sánchez.
Ángel Eslava Sánchez.